Diego Velázquez
Enséñame a escribir la verdad,
pintor de la verdad.
Ponme la luz de España entre renglones,
la impalpable luz que tiembla
en tus telas.
Dirígeme los ojos hacia abajo:
gente humillada y despreciada
de reyes, conde-duques e inocencios.
Que mi palabra golpee
con el martillo de la realidad.
Y, línea a línea, hile
el ritmo de los días venturosos
de mi patria.
BLAS DE OTERO