martes, 13 de diciembre de 2011

Salas de espera.

¿Dónde estoy? Tal vez bajé
a la mansión del espanto,
tal vez yo mismo creé
tanta visión, sueño tanto,
que donde estoy ya no sé
                                                José de Espronceda...*




viernes, 9 de diciembre de 2011

Poética de sábado.

Trozo de diario de Sofía Hueco:

La página de mi ordenador en blanco y tú sin mucho que escribir en ellas. Las postura adoptada es incorrecta y las voces que te susurraban extrañas melodías a tu alrededor hace tiempo que dejaron de decirte cosas coherentes. 
Han muerto.

No intento buscar la aparición de una leve mueca en la comisura de los labios de alguna persona, el irascible agradecimiento.

No escribía.

Al menos hoy me han dado una grata alegría, sé que una gran personita entra a este destartalado blog desde la cálida habitación de su casa, a casi unos 400 km de distancia. Será por eso que he elegido aprovechar las tres de la noche del viernes 10 de diciembre para colocarme ante el teclado y expresar mi irónica opinión ante todo.

Se podría decir que una masa inválida me está sepultando, no me deja respirar y al mismo tiempo me aprisiona la imagen de una imagen perfecta e inacabada en mi cabeza. Ya no sé si los sentimientos de mi cuerpo son sentimientos o solamente son reflejos. 

Continuamente me atacan dolores de cabeza, dejándome completamente inquieta durante noches. Dolores que le prohíben la entrada al deliciososueño. Se me acorralan tumultuosamente las palabras, para que así no tengan la completa libertad para fluir tranquilamente con la ayuda de mis manos.

La sensación de agobio mezclada con una suculenta dosis de indiferencia que se apalanca en lo más profundo del estómago. No se despega por más que yo intente arrancarla.

Ya no pronuncio las mimas palabras con la alegría de antes, ahora pienso mil veces en lo que voy a decir y termino por no decirlo. Es incluso gracioso encontrarte en la situación de apatía e intentar disimular destellos de interés ante las acciones cotidianas que a todos se nos presentan a diario. No sé en qué mundo me encuentro y tampoco ubico el lugar exacto de mi mente.

Todo se disipa y se entremezcla para finalmente desembocar en el vacío. Seguir abriendo los ojos cada mañana me sigue pareciendo un misterio, pero cada vez un misterio menor.

Ya no significa que tú no estés o que no esté ella. Ya no tiene nada que ver la relación que mantenga con personas de mi círculo. Ya no es necesaria la llamada o el respiro que te da la sensación de “buenas noches”.


Es gracioso mantener una conversación teniendo el concepto de tiempo tan arraigado en la cabeza, me hace vomitar miradas, emociones, gestos, impulsos e incluso sonrisas. 

No es una situación buena, pero no es peor que la de otros. La mía es tan mala como la tuya, sólo que tú todavía no te has dado cuenta (la protagonista me da angustia xD)

Vivir es perder recelosamente el tiempo, solo que cada uno lo malgasta a su manera.

Las tres de la noche dan para mucho podría seguir desordenando ideas. (¡Pero si tú no tienes, pava!)

Si supiera ordenar (jajajajajaja)
Si supiera hacer crecer mis valores
sé que todo esto sería más fácil.


miércoles, 7 de diciembre de 2011

Neuronas a pie de cañón.

Como jode el frío. 


Y se va...

La despedida

¿Queríamos separarnos? ¿Era lo justo y lo sabio?
¿Por qué nos asustaría la decisión como si fuéramos
                                                           a cometer un crimen?
¡Ah! poco nos conocemos,
pues un dios manda en nosotros.

¿Traicionar a ese dios? ¿Al que primero nos infundió
el sentido y nos infundió la vida, al animador,
al genio tutelar de nuestro amor?
Eso, eso yo no lo hubiera permitido.

Pero el mundo se inventa otra carencia,
otro deber de honor, otro derecho, y la costumbre
nos va gastando el alma
día tras día disimuladamente.

Bien sabía yo que como el miedo monstruoso y arraigado
separa a los dioses y a los hombres,
el corazón de los amantes, para expiarlo,
debe ofrendar su sangre y perecer.

¡Déjame callar! Y desde ahora, nunca me obligues a
                                                                              contemplar
este suplicio, así podré marchar en paz
hacia la soledad,
¡y que este adiós aún nos penenezca!

Ofréceme tú misma el cáliz, beba yo tanto
del sagrado filtro, tanto contigo de la poción letea,
que lo olvidemos todo
amor y odio!

Yo partiré. ¡Tal vez dentro de mucho tiempo
vuelva a verte, Diotima! Pero el deseo ya se habrá
                                                                              desangrado
entonces, y apacibles
como bienaventurados

nos pasearemos, forasteros, el uno cerca al otro
                                                                           conversando,
divagando, soñando, hasta que este mismo paraje del
                                                                                        adiós
rescate nuestras almas del olvido
y dé calor a nuestro corazón.

Entonces volveré a mirarte sorprendido, escuchando
                                                                            como otrora
el dulce canto, las voces, los acordes del laúd,
y más allá del arroyo la azucena dorada
exhalará hacia nosotros su fragancia. 

Friedrich Hölderlin. 



sábado, 3 de diciembre de 2011

El pensamiento muere por la boca.

En el baño de la casa, colgada de un clavo, sobre el inodoro, hay una bandeja de cartón que, con su caligrafía, dice: "No tire el papel en la taza del water". En la sala, Parra toma té y recita en griego los primeros versos de la Ilíada. Después, echa la cabeza hacia atrás y se coloca la bolsa de té sobre el ojo derecho.
-Tengo algo en el ojo. Con esto se cura. La vez pasada me fui corriendo de la clínica, en Santiago. El urólogo me dijo: "Preparesé, compadre, porque mañana es la intervención quirúrgica. Una simple sistología". Y entonces le dije: "Prefiero morirme. Deme de alta o salto por esa ventana".



Y yo iba a saltar.”



Reportaje en Portada del País.com por Leila Guerriero a Nicanor Parra.

jueves, 1 de diciembre de 2011